Las terapias biológicas, o tratamientos PRP son una técnica cada vez más implantada en la traumatología. Como hemos mencionado en otras ocasiones, se trata de inyectar en la zona afectada un plasma enriquecido con plaquetas del propio paciente, con lo que conseguimos una respuesta rápida, sin ingresos ni cirugías, ni efectos secundarios.
¿Son estas terapias la panacea, la cura perfecta? La respuesta es no, pero sin duda podemos afirmar que se trata de una revolución sin precedentes en la medicina, con la que logramos resultados en un porcentaje altísimo de los casos.
En este artículo reproducimos sin alterar el testimonio de una de nuestras pacientes, Isabel por su extensión y detalle. Puedes consultar otras opiniones en nuestra página de Google: https://g.page/sportmesevilla?gm
Recuerda que es importante que en temas de salud, te pongas en contacto con un equipo médico que de verdad esté especializado en tu diagnóstico.
Mi problema empezó en el año 2013.
Sobre el mes de junio, comencé a notar molestias en el codo izquierdo, de poca intensidad e intermitentes, pero conforme iban pasando las semanas se iban haciendo cada vez más constantes y pasaron también al codo derecho, con lo que acudí al médico de cabecera (Seguridad Social).
Mi médico me examinó de forma manual y superficial ambas articulaciones y determinó que mi lesión era una epicondilitis en cada codo. Determinó que la solución eran infiltraciones de corticoides, las cuales me las hicieron en el mismo ambulatorio, sin ser Ecoguiadas.
Comenzaron por el codo izquierdo, que era el que más me molestaba. Me pincharon Trigón, me dijeron que realizara estiramientos y que si seguía con las molestias, que volviese a ir.
Al principio noté mejoría debido a la parte de anestesia que contenía la infiltración, pero cuando el efecto de ésta cesó, las molestias pasaron a ser dolores.
Volví a ir al ambulatorio, donde se repitió el proceso y, para cuando se pasó el efecto anestésico de ese segundo pinchazo, los dolores habían alcanzado el punto de provocarme el llanto.
Al ser tan agudos y constantes durante las 24h. del día, me impedían hacer vida normal, ya que el simple hecho de llenar un vaso de agua, levantar una sartén, descolgar una percha del armario, conducir, desenchufar la estufa o lavarme el pelo, se convertían en tareas muy dolorosas y dificultosas para mí.
Llegados a este punto, fui por tercera vez al médico de cabecera, pero esta vez para suplicarle que me derivara al especialista. Había pasado un año desde el inicio.
Durante esos 12 meses, se habían limitado (aparte de a destrozarme el codo) a mandarme toda clase de fármacos y cremas que no tenían el menor resultado en mí. Sólo noté algo con las éltimas pastillas que me recetaron, que tuvieron que pedirse expresamente al laboratorio ya que por lo visto no se suelen recetar debido a lo fuertes que son y a los efectos secundarios que producen, y aquello que noté fue que no me sentaban bien y tuve que dejarlas: me provocaban mareos leves y jaqueca.
Dicho esto, nos encontramos en el verano de 2014.
Por fin mi médico me deriva al hospital y es entonces cuando por primera vez me realizan una ecografía.
La doctora que me atendió me comentó que tenía el codo muy mal, que era crónico, que no se explicaba cómo habían podido hacerme eso en el ambulatorio sin ver antes qué era exactamente lo que tenía y qué podría haberme venido bien, y que, en resumen, ya era tarde.
O bien me operaba, cosa que me desaconsejó diciéndome que de cada 10 operaciones como la que tendrían que hacerme a mí, 8 salían mal, o bien me quedaba como estaba y contara con que empeoraría cada vez más con el paso del tiempo.
Ante mi negativa a la operación, me propuso infiltrarme por éltima vez de forma ecoguiada, a la vez que me practicaba un sangrado con la aguja, como éltima opción. Acepté y no noté absolutamente nada: ni mejoría ni empeoramiento.
Antes de cerrar mi expediente, dicha doctora y un compañero suyo me comentaron que había un tratamiento experimental que consistía en inyectar una toxina al paciente en la zona afectada, de manera que ésta perdiera la movilidad por completo y se quedara «muerta», para ver si así, teniendo el codo forzosamente en reposo absoluto, se solucionaba el problema por sí solo (palabras textuales).
Posibles efectos secundarios:
- No sabían cuándo podría volver a mover el brazo (me hablaron incluso de meses), ya que no tenían referencias fiables al ser un tratamiento experimental.
- Era probable que a través de la sangre, la toxina se extendiera por mi cuerpo y dejara inmóvil otras partes del mismo por tiempo ilimitado.
Conclusión: empezé a buscar una solución profesional y civilizada por la vía privada.
Acudí a una clínica de traumatología deportiva recomendada por personas con mi mismo problema. Estuve desde, aproximadamente, el otoño de 2014, hasta el fin de las navidades.
En dicha clínica me aplicaron distintos tratamientos:
Empezaron por fisioterapia manual y punciones en seco para continuar con EPI (descargas eléctricas ecoguiadas en la zona afectada)
El objetivo era romper las calcificaciones que se me habían formado a la vez que se intentaba reparar la cortical del hueso, que tenía muy dañada.
Dichos tratamientos me los aplicaban en función de mi estado, ya que había días que el simple hecho de rozarme con el dedo el codo me producía dolor. De esta forma, acudía una vez en semana dejando en medio una o dos semanas de descanso.
Fue un proceso muy doloroso. Tuve un poco de mejoría a lo largo del tiempo hasta que, sobre el mes de diciembre, me estanqué.
Se decidió así interrumpir el tratamiento y me ofrecieron operarme, opción que yo descarté.
Pasamos a febrero de 2015.
Un conocido de mi pareja nos habla del Dr. Bernáldez y acudo a su consulta.
En la primera visita, relato lo ocurrido y aporto ecografías de la anterior clínica. El doctor mantiene una conversación conmigo y me comenta que la mejor solución a mi problema es un tratamiento de plasma rico en plaquetas.
Dicho tratamiento consta de tres infiltraciones de la propia sangre centrifugada del paciente, extraída previamente.
De sesión en sesión he podido comprobar cómo he ido mejorando, al principio más lentamente y al finalizar de manera notable, cosa que me sorprendió teniendo en cuenta mis antecedentes y el estado en el que estaba la lesión cuando me puse en manos del Dr. Bernáldez.
Para terminar, me puso una infiltración para bajar la inflamación que tenía al lado de la zona tratada. Aquí pude comprobar cómo, cuando las cosas se hacen de manera correcta, las consecuencias en el paciente sólo son beneficiosas.
Todo ello provocó que los dolores desaparecieran y pude por fin, en septiembre de 2015, empezar a llevar una vida normal.
Intento no hacer sobreesfuerzos ni coger peso porque todavía noto molestias en dichas circunstancias, pero estoy muy satisfecha con el resultado final, ya que es más de lo que yo esperaba: el no haber podido realizar los actos cotidianos más simples sin que el dolor me hiciera llorar, me parecen ahora un recuerdo lejano gracias a la mejoría que he experimentado.
Dicho esto, sólo me queda agradecerle al Dr. Bernáldez, a Pilar y a María Isabel, todo lo que han hecho por mí y el cariño con el que me han tratado en todo momento.
Un gran saludo.
Isabel.
6 de octubre de 2015
Cada cuánto repetís las infiltraciones de PRP…? Las pones peri o intralesion? Gracias
Buenos días Clara, hay que valorar cada caso de forma personalizada y ver qué tipo de tendón está afectado y hacer un control ecográfico. Normalmente lo ponemos intra y perilesional. Para cualquier duda puede consultar nuestra página web https://www.clinicabernaldez.com
Burnas.tiene los mismos resultados la prp en la epitrocleitis.llevo 3 meses con molestias me han echo resonancia y da que esta tofo bien sierto es que yo no la tengo aguda pero tengo molestias.es bueno el plasma rico en plaquetas para la epitrocleitis????
Estimado Adán la epitrocleitis es una patología muy similar a la epicondilitis pero en el lado interno del codo tenemos mucha experiencia en el tratamiento de esta patología con el uso de los factores de crecimiento plaquetario y el plasma rico en plaquetas da muy buenos resultados en los casos crónicos que no hayas mejorado con tratamiento conservador estaremos encantados de atenderle
Esque soy de Canarias isla la palma.mire y cuantas infiltraciones de prp normalmente son nesesareas para curar la epitrocleitis.tube una secion ayer con prp la primera y tengo la sona inflamada que segun me dijo mi trauma es normal
Nuestro protocolo son 3 sesiones… ideal hacerla Ecoguiada
He pasado por el mismo proceso hasta que finalmente me trataron con prp en junio. 7 meses después vuelvo a tener el mismo problema . He leido sobre una técnica llamada TENEX fast, me podria informar?
Maria , no tenemos experiencia con esta tecnica
un saludo y le informo que lo ideal seria ponerse en contacto con nosotros a través de nuestro sistema de Video-Consulta y poder valorar visualmente su codo y su patologia
Pinche aquí: http://drpedrobernaldez.docline.es/
Tiene detallado los pasos a seguir para poder realizarla. Espero le sea útil este medio.
Muchas gracias por su confianza.
Un cordial saludo.
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Atentamente
Pedro Bernáldez Domínguez MD, Ph D.
CIRUGÍA ORTOPÉDICA Y TRAUMATOLOGIA DEPORTIVA
Profesor Asociado Universidad San Isidoro CEADE (Sevilla)
MBA en Gestión Sanitaria y Máster Nacional en Traumatología Deportiva
Experto en Ecografia MSK
SPORTME MEDICAL CENTER
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